Muchas personas se preguntan qué
es el Trabajo Social y para qué sirve o en qué les podría ayudar. Pues, bien,
el Trabajo Social es una disciplina que aborda una problemática de la persona
considerando a ésta como el centro de la intervención y buscando recursos
adecuados para dar respuesta a un problema determinado. Pero no lo hace de una
manera lineal, pues entiende que una situación problema determinada afecta a
otras muchas facetas que nos componen como personas.
Por tanto, el Trabajo Social
cuando interviene lo hace de una manera integral, detectando, a su vez,
posibles dificultades para poder realizar un trabajo de prevención y
conscienciación.
La gran mayoría de las familias
para las que trabajamos saben por su propia experiencia que una situación de
dependencia, por ejemplo, no sólo afecta a la persona que la padece, sino a
todo su entorno familiar, social, económico, laboral, de vivienda... Y, por supuesto, a la estabilidad emocional,
teniendo que dar múltiples respuestas en el día a día a situaciones complejas y
haciendo frente a la incertidumbre de lo qué sucederá o de cómo se irán
desarrollando las cosas. Y sintiendo, en muchas ocasiones, una gran soledad
ante los recursos insuficientes o ante la falta de respuestas por parte de los
profesionales.
Desde el Trabajo Social apostamos
porque todas las personas disfruten plenamente de sus derechos, propiciando
situaciones de equidad, con el fin de que nadie se sienta excluido de nuestro
sistema social, garantizando la cobertura de nuestras necesidades básicas para
así poder seguir desarrollándonos y creciendo como personas de pleno
derecho.
Para propiciar esa equidad, nuestra
sociedad dispone de un sistema de recursos de carácter social que tratan de
apoyar a quienes lo necesitan a través de ayudas económicas o consideraciones
de otro tipo como apoyo a colectivos vulnerables.
Existen, por tanto, diferentes
ayudas económicas a las que se puede tener acceso y también numerosos recursos
que sirven de acompañamiento para facilitar el desarrollo de la vida cotidiana.
Disponer de la información acerca
de la existencia de estas ayudas es fundamental para gestionar de la mejor
manera posible las situaciones complejas por las que pasamos en determinados
momentos de nuestra vida, ya que todos estamos expuestos a eso. Sí. Todos y
cada uno de nosotros.
La figura del Trabajo Social
acompaña también de este modo a quien lo necesita, facilitando información y
orientando acerca de los trámites necesarios y pertinentes para tener acceso a
los diferentes recursos. Y lo hace desde el respeto, dotando de protagonismo a
la persona interesada, fomentado, de este modo, su iniciativa y propiciando su
autonomía para evitar caer en relaciones de dependencia que resten poder de
resolución a la persona para la que trabajamos.
Desde el Trabajo Social no se
juzga, no se aconseja, no se ordena. Se acompaña y se respeta el ritmo de cada
persona. Se escucha de manera activa, sin interrupciones, con presencia plena.
Se orienta, no se impone.
Solicitar ayuda es una de las
tareas más difíciles a las que una persona ha de enfrentarse, por lo que cuando
la persona logra atravesar esa barrera y solicita ayuda, merece todo nuestro
respeto y atención.
Alguien dijo alguna vez “nada de lo humano me es ajeno” y es algo
que tengo muy presente en mi trabajo. Al fin y al cabo, a todas las personas
nos duelen las mismas cosas y nos alivia lo mismo. De algún modo, buscamos ser
acompañados, comprendidos, queridos y no juzgados. Y que todo esto se dé de
manera incondicional, que nadie deje de querer a nadie por un error cometido…
Todo esto contempla nuestra
disciplina, entendiendo a la persona en toda su complejidad, haciéndonos cargo,
a su vez, de la importancia del uso de nuestra palabra, nuestra mirada, nuestro
gesto, pues somos nuestro propio instrumento y como tal hemos de cuidarnos para
poder cuidar.
Somos seres sociales y
necesitamos unos de otros. De este modo, en las relaciones también podemos
encontrar nuestra propia sanación. A veces los recursos son insuficientes, las
ayudas, inexistentes, el problema no tiene solución. Sin embargo, en momentos
así una mirada, un gesto de apoyo sincero, un abrazo puede aliviar el dolor.
Es por ello que el Trabajo Social
otorga de importancia al establecimiento de la relación con la persona con la
que trabaja, porque ésta, en sí misma, ya es curativa si se tiene en cuenta
todo lo anterior.
“Yo hago lo que tú no puedes. Tú haces lo que yo no puedo. Juntos
podemos hacer grandes cosas”. María Teresa de Calcuta.
Esther Yamuza
Trabajadora Social.
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