Los padres desde el nacimiento del bebé son los principales y mejores estimuladores del lenguaje de sus hijos
Desde que nacemos el
desarrollo del lenguaje de los bebés se ve influido por muchos
factores. Los padres desde el nacimiento del bebé son los principales y mejores
estimuladores del lenguaje de sus hijos. Son también los grandes
responsables del aprendizaje del bebé por su equilibrio afectivo y su
adaptación social. El primer lenguaje del bebé es la expresión, a través de los balbuceos, sonrisas, llantos
y otros sonidos, de los sentimientos y necesidades. Así se comunican al
principio. Luego, poco a poco, los bebés
van adquiriendo un lenguaje más
fluido, llegando al dominio de la comunicación
verbal.
A continuación se les explicará y se les dará consejos de cómo
pueden trabajar los padres la estimulación de lenguaje desde un
momento temprano del nacimiento.
No se trata de intentar que el bebé hable antes y mejor, porque existen ciertas limitaciones que
solo con el paso de los meses, conforme vaya creciendo, el bebé irá superando. Pero sí podemos mostrarnos
"abiertos" a una comunicación
más efectiva con el bebé y
permitirle que desarrolle todo su potencial, estimulándolo.
Inicialmente, el lenguaje
se produce por imitación. Los niños y niñas imitan los movimientos y los
sonidos que hacen sus padres, cuando
articulan las palabras. En este proceso, también es importante la comprensión
de lo escuchado y de lo expresado.
Para comenzar hay que tener muy claro que lo que va a
determinar una adecuada estimulación del
lenguaje es el modo en que nos dirijamos a los niños o niñas. Los padres pueden aprovechar las
situaciones cotidianas para hablar con ellos, como por ejemplo el momento del
baño, mientras comen, cuando están en su cuna. Aunque ellos no pueden
respondernos, van asociando poco a poco el significado de las palabras comunes
y familiares, van aprendiendo a la vez la entonación de nuestra lengua y
comienzan a la vez a discriminar algunos sonidos, así como las voces y
expresiones de las personas más cercanas. Un aspecto esencial e importante mirar
al bebé mientras hablamos con él o
ella, ya que eso les permite ir aprendiendo habilidades conversacionales
básicas de cuando mirar a la persona que le está hablando y esperar turnos.
Utilizar el “habla al
estilo maternal “o “baby talk”
es una buena herramienta, en la que muchas veces, el adulto, la utiliza de
forma natural e “inconsciente” con el bebé.
Aunque existen unos límites naturales para que el bebé emita sus primeras sílabas (y no digamos ya palabras o
frases), podemos hablarles desde su nacimiento. De hecho, desde el vientre
materno ya reconocen la voz de la mamá. Ese sonido les tranquilizará una vez
nacidos.
Esta particular forma de hablar
hay que utilizarla de la siguiente manera:
ü Hay que hablar desde el principio con
el bebé. Nuestro tono y los sonidos
incitan al bebé no solo al
reconocimiento sino a la imitación. El bebé
imita los sonidos articulatorios, que aún no tienen significado para él.
ü Hacer pausas al hablar.
ü Hay que responder a los sonidos que
emite el bebé para que este
comprenda pronto el carácter comunicativo del lenguaje.
ü No solo se comunican con palabras:
los gestos y ruidos (chasquidos, pedorretas...) que podemos enseñarles son unos
de los primeros mecanismos comunicativos de los bebés.
ü Se debe utilizar palabras y frases sencillas
y repetirlas muchas veces para los objetos cotidianos o seres familiares, de
modo que el bebé empieza a entender
la relación entre el lenguaje y la
realidad.
ü Utilizar un tono de voz más alto y agudo.
ü Presentar una mayor expresión facial
y acercarnos al bebé para que nos
vea.
ü Hacer referencia constante al
contexto en el que se encuentra el bebé.
Ejemplos: “estás en la bañera”, “qué bien estas con mamá”, “¿te gusta la
calle?”, “ahora estas en casa de la abuela”…
ü A su vez podemos emplear frases más complejas,
es bueno que les cantemos o contemos cuentos... Las melodías les calman y
resultan muy agradables. Nunca es pronto para empezar a contarles cuentos y los
niños son "esponjas" que van aprendiendo vocabulario mucho antes de
que puedan hablar.
ü Juega mucho con el niño: el juego es el mejor modo de aprendizaje y mediante este
interactuamos con el bebé. Que
juegue también con otros niños mayores que le puedan hablar (hermanos, primos, vecinos...).
ü Los libros, música o los juguetes
interactivos estimulan y desempeñan un papel activo en el desarrollo del cerebro y la capacidad del lenguaje. Deja libros y juguetes a su alcance.
ü Las primeras interacciones de los bebés son para pedir cosas (agua,
muñecos, galleta...), lo hacen mediante gestos o sonidos más adelante. Cuando
pase el tiempo y el niño ya emita sus primeras palabras, no se lo des enseguida:
anímele a pedirlo de otro modo porque así se esforzará por emitir nuevos
sonidos, ya que con el paso del tiempo ya sabe cómo se llama lo que desea.
ü No compares, cada niño va a su ritmo, desde que son muy pequeños ya pueden sentir presión
o decepción por nuestra parte y esto provocaría un efecto contrario al que
deseamos.
Todo es un proceso, los padres
no deben olvidar que pasar del balbuceo a los vocablos reales es un proceso
gradual que demanda tiempo y retroalimentación del entorno. Es por esto que al
comienzo, el bebé inventa
aproximaciones de palabras que se traducen en sonidos con significado propio
como cuando dicen “muhmuhmuh” para indicar que quieren que lo alcen.
Si con el paso de los meses se observa que el bebé no hace ningún avance
lingüístico, puede que nos encontremos ante algún trastorno del lenguaje.
Se debe consultar con el logopeda,
aunque probablemente si existe un problema grave ya lo habrán detectado, por lo
que lo más seguro es que se trate de un simple retraso.
Como conclusión, se recomienda por lo general para estimular
el desarrollo lingüístico del bebé es que los padres se comuniquen mucho con su hijo, que lo cuiden dedicándole el tiempo suficiente porque de
este modo estará todo listo para un adecuado desarrollo en todos los sentidos.
Loreto Delgado Boa
Logopeda
CIVET
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